Roberto y Frida se conocieron en la universidad. Finalmente decidieron que tenía lo que se necesitaba para hacer un buen matrimonio. Todos sus amigos pensaban igual, entonces después de su graduación, se casaron. Pero como muchas parejas, dejaron que sus carreras consumieran sus vidas.

El amor comenzó a morir durante el primer año de su matrimonio, pero casi no se daban cuenta. Como muchas parejas, habían dejado sus carreras como abogados consumir sus vidas, dejando poco tiempo el uno para el otro.

Aunque parezca extraño, sus años de noviazgo también habían sido de mucha actividad, tal vez aún más. Pero su amor creció, aún entre el tifón de exámenes y monografías de investigación. En esos días su relación les daba alivio de los estreses de sus estudios. Ahora su matrimonio había llegado a ser solo un agoto más de su tiempo y energía.

No ayudó en nada cuando Frida, sintiendo la soledad, desarrollo una amistar de cerca con su maestro joven de piano. La amistad supuestamente era inocente, pero tenía potencia de peligro. Había cierta emoción y ternura que le hacía falta con su esposo. ¡Y la risa! A Frida le encantaba el humor de su maestro de piano. Definitivamente peligroso, especialmente para una mujer en la situación en que estaba Frida.

Cuando alguien le hablo a Roberto acerca de la amistad, él ordenó a Frida que dejara de tomar sus lecciones de piano y que nunca más viera al maestro. Claro, él estaba dentro de sus derechos, pero no se dirigió al problema mayor. Debería haber pedido a Frida por qué sentía que necesitaba esa amista. Pero no lo hizo. En vez de hacer eso, se indignó, se portó como santurrón, y mostró que había sido herido.

Roberto hizo otra cosa. Perdió la confianza en Frida. Comenzó a ser dominante, con menos entendimiento y más distante. Cuando se pierde la confianza, se pierde la intimidad. Aún con todo esto, tuvieron tres hijos, pero su matrimonio se deterioró. Solo hablaban de cosas triviales; se evitaban completamente.

Cubriendo el Vacío

¿Cómo mantiene una pareja su matrimonio en estas circunstancias? Parece imposible, pero muchas parejas lo hacen. Se mantienen juntos por las presiones de la familia o de la sociedad. Se mantienen juntos por el temor a lo que otros pensarían si se divorciaran. Que mantienen juntos por los hijos, o para evitar perder la confianza de otros.

Pero no se mantienen juntos porque se aman, o se honran o se valoran. El amor está perdido, y con el amor, todo el gozo. Estas parejas mantienen su matrimonio de igual manera que un doctor mantiene un paciente moribundo. Sostienen la vida, pero no, ni pueden sanar la enfermedad.

Está nevando mientras escribo esta sección. La nieve es hermosa y tiene la habilidad hermosa de cubrir las cosas más feas, haciéndolas parecer limpias y blancas. Un montón de basura puede parecer puro e impecable cuando se le cae suficiente nieve. Desafortunadamente, el camuflaje tiene vida corta. La nieve se derrite. Cuando eso pasa, el montón de basura allí está, todavía sucio y feo.

Algunas parejas han tratado de cubrir la basura en su relación y sus vidas por años. Pero cubrirlo no lo quita. Para quitar la basura, tienen que admitir que existe el problema, y encontrar la manera buena y piadosa para enfrentarlo.

¿Por qué eludimos los problemas que están dañando nuestros matrimonios? Frecuentemente es porque pensamos que no podemos encontrar soluciones. O, si encontramos una solución, tememos que no podremos llevarlo acabo. A veces no nos enfrentamos a los problemas porque no queremos admitir que nosotros, personalmente, necesitamos cambiar nuestras actitudes y acciones. Es verdad que el cambio positivo tiene un precio, pero vale la pena lo que nos cueste personalmente.

Por falta de otra alternativa que nos anime, tratamos de satisfacer el problema por estar siempre ocupados. Nos involucramos en actividades que esperamos nos llenen el vacío. Toda esa actividad apaga nuestras mentes como un narcótico, pero no alimenta nuestras almas.

Alimentamos nuestras almas, la persona interior, por medio de amistades íntimas con nuestros cónyuges, nuestros hijos, nuestros amigos, pero más que nada, con Dios. Sin intimidad, experimentamos un vacío que incrementa cada vez más.

¿Ha usted experimentado la pérdida de intimidad? Si es así, solo una pregunta: ¿Tratará de recobrarla? Si lo hace, tanto usted como su cónyuge llegarán a ser más fuertes, personas más sanas, y experimentarán los beneficios restaurativos y sanadores de la intimidad verdadera.

Los tres D

Recuerden que para restaurar la intimidad, requiere trabajo, igual como todos los esfuerzos gratificantes. No son muy buen jardinero, pero cuando veo un jardín hermoso, me doy cuenta de tres cosas:

• El jardinero desea su jardín, porque el deseo es el punto principiante de toda hermozura.
• El jardinero tiene un diseño para ese jardín. Jardines hermosos comienzan con un concepto. ¿Cómo queremos que se vea este jardín? ¿Qué tipo de frutas y flores queremos disfrutar? Deseo sin diseño es solamente un sueño vacío, una fantasía sin la esperanza de la realidad.
• El jardinero tiene gran determinación. Cerca de nuestra casa, un vecino tiene un jardín hermoso. Los árboles y las flores se han arreglado de tal manera que invitan a uno quedarse un rato y refrescar su alma. Entonces no es sorprendente ver a ese hombre trabajando en su jardín. No siempre le encanta el trabajo, pero verdaderamente ama los resultados. ¡Usted también amará los resultados!

Es mi esperanza que las siguientes palabras de Calvin Coolidge lleguen a ser sus palabras también:

“Estamos comenzando a comprender más definitivamente, cuál curso debemos seguir, cuáles remedies debemos aplicar, y cuáles acciones tenemos que tomar para nuestra liberación, y estamos claramente manifestando la determinación de fielmente y cuidadosamente aplicar los métodos para llegar a esa liberación.

Piensen, actúen, oren

1. ¿Cuántas diferentes causas puede encontrar para la pérdida de intimidad de Roberto y Frida?

2. ¿Qué les hubiera ayudado a renovar su intimidad?

3. Si ustedes ven una pérdida de intimidad en su matrimonio, ¿qué están hacienda para contribuir a esa pérdida?

4. ¿Qué les está impidiendo de comenzar a restaurar la intimidad de su matrimonio?

5. Si restaurarían esa intimidad, ¿cuáles serán los resultados positivos que experimentarían?

6. Tomen tiempo para evaluar su deseo, designio, y determinación.

¿Han alguna vez conocido a una pareja cuyo matrimonio parecía brillar, venga lo que venga? La intimidad crea ese brillo. Es la base de todo matrimonio exitoso. Tristemente, muchas parejas han perdido esa intimidad. En vez de un brillo, experimentan un frío contante. Y, como personas frías de todas partes, lo cubren para protegerse.

En una encuesta de parejas casadas, el terapista familiar, Stuart Johnson, verificó la importancia de la intimidad en un matrimonio exitoso. Encontró que todas las parejas felizmente casadas desarrollaban la intimidad en cuatro áreas vitales:

• Intimidad verbal: hablando juntos y entendiéndose
• Intimidad con acción: hacienda cosas juntos que a los dos les gusta
• Intimidad en resolver problemas: encontrando soluciones sabias y factibles a retos comunes
• Intimidad sexual: amor sexual que estimula y satisface a los dos

Como seguidor de Jesús, agregaría otra expresión vital de intimidad:

• Intimidad espiritual: un amor por Dios unido y el deseo de agradar a Dios en todo.

Las maneras específicas que cada pareja casada experimente intimidad en todas las áreas será diferente dependiendo de sus personalidades, su estilo de vida, y la etapa de sus vidas. Pero se encontrarán en todo matrimonio vibrante.

Si esta intimidad puede hacer tanto para un matrimonio, ¿por qué tantas parejas no la experimentan? Veremos eso en detalle en otras secciones de este estudio. Por ahora, aquí hay una respuesta corta y esencial: Parejas no experimentan intimidad porque, en nuestra condición humana presente, la intimidad ni es fácil, ni es automática.

¿Cuál es la verdadera causa de nuestras frustraciones en el desarrollo de la intimidad? Para ayudarnos a entender esto, veamos la historia de Adán y Eva. Lo puede leer en Génesis, capítulos uno al tres, pero para ahora, aquí el resumen de la historia: Dios creó al hombre y a la mujer perfectos e inocentes. Los hizo vivir juntos como una carne, una condición única al matrimonio y la expresión más cerca posible de intimidad humana. Aunque estuvieron desnudos, absolutamente descubiertos el uno del otro, sentían ninguna vergüenza y ninguna necesidad de esconderse. Suena perfecto, ¿verdad? Y así fue. Pero no por mucho tiempo.

Dios quería gente genuina y no robots, entonces creó a esa primera pareja con la capacidad de hacer decisiones, fueran buenas o malas. Finalmente, hicieron una mala decisión. Esa decisión mala fue de ignorar el mandamiento de Dios, causó que el pecado entrara a la raza humana. El pecado afectó a todo, incluyendo su relación. Dios había dado a Adán y a Eva una restricción: que no comieran de cierto árbol. Pero el diablo hace lo que siempre hace. Los tentó, asegurándolos que Dios les había mentido y que estaba guardando algo bueno para ellos. Entonces comieron la fruto que Dios les había prohibido.

El momento que probaron esa fruta prohibida, sintieron una emoción que nunca antes habían conocido. Esa emoción fue culpa. Les hizo desear cubrirse, esconderse el uno del otro y de Dios. ¿Pueden ver la diferencia? Antes del fruto, la intimidad era automática. No tenían razón por la cual esconderse ni de temer. Después de comerla, llegó la culpa, y con esa culpa, sospecha y separación. Lo que antes era tan fácil, sin preocupación ni pregunta, ahora volvió en algo tan difícil que sin duda parecía imposible.

Ni uno de nosotros conocemos los detalles íntimos de la relación de Adán y Eva. No sabemos cómo hablaban, cómo reían, o hacían el amor. Pero sabemos que por primera vez sentían la necesidad de cubrirse y esconderse. Traten de imaginar eso. Traten de imaginar los sentimientos de culpa por primera vez. No es fácil, porque nunca hemos conocido la inocencia inmaculada de ese primer hombre y esa primera mujer. Hemos vivido toda nuestra vida escondiendo.

La gente se está muriendo por la intimidad verdadera. Pero por razón del pecado, hay fuerzas dentro de nosotros que frustran nuestros esfuerzos para conseguirla. Esta es la condición humana. Muchas veces lo que queremos y necesitamos, tememos y resistimos. De hecho, el meollo de la culpa es un temor de, y expectativa de, el rechazo. El psicólo Paul Gilbert describe la culpa como “…la forma extrema del temor de la pérdida de aprobación”.

Junto con la culpa llega la sospecha. Nos es difícil confiar y constantemente nos preguntamos lo que otros piensan de nosotros. Y, como la culpa y la sospecha tienden a causan aislamiento, nos encontramos retirándonos el uno del otro, causando la separación.

Culpa, sospecha y separación. Estos tres obstáculos a la intimidad forman la base de nuestros temores en cualquier relación, sea con Dios, amigos, o cónyuges. Ahora tal v ez entendemos porqué la intimidad es tan difícil de desarrollar y mantener. Todos somos humanos escondiéndonos, temerosos de reveler cómo de verdad somos.

Piensen, actúen, oren

1. Temprano en su matrimonio, ¿qué tipo de intimidad les fue más fácil para ustedes?

2. ¿Cuál tipo de intimidad ha sido la más difícil de desarrollar y mantener?

3. Piensen de algunas de las maneras que han visto los efectos de la culpa, la sospecha y la separación en su matrimonio. ¿Cuáles son algunas de las maneras que esas tres condiciones frustran la intimidad en su matrimonio?

Hay una epidemia que está asolando al mundo. Si esta epidemia fuera de naturaleza médica, si por ejemplo, fuera un virus mortal que llevaría a una muerte dolorosa, los ciudadanos del mundo lo pelearían con toda arma y estrategia. Pero esta epidemia no causa enfermedad ni muerte, por lo menos no directamente.

Esta es una epidemia de matrimonios y hogares sin vida, sin gozo. Representa una catástrofe social y espiritual, una subida de la marea de relaciones rotas y gente rota. Encontrarán los síntomas en cada país, en toda cultura, en todas las condiciones sociales. A veces lleva al divorcio, otras veces a tensión crónica e infelicidad.

La palabra técnica para esta enfermedad es disfuncional, como en “Ellos tienen una relación disfuncional”. Pero no seamos demasiado técnicos. Según el Diccionario Oxford “Disfuncional” simplemente quiere decir, “no operando normalmente o correctamente”. En otras palabras, estos matrimonios están rotos y necesitan reparación. ¿Y cuán rotos? ¿Cuánta reparación necesitan? Varía, pero hablando generalmente, lo más que se han descuidado estos problemas, más daño hay para reparar.

Uno pensaría que algunas parejas son inmunes, pero no es así. No importa su estación en la vida, no importa su situación financiera, su religión o su condición espiritual, nadie es inmune. Matrimonios rotos ocurren igualmente con empresarios como con obreros, con pastores al igual que con miembros de sus iglesias, al igual ricos y pobres. Hasta puede ocurrir con ustedes.

¿Qué tan sano es su matrimonio?

Aquí tenemos ocho indicadores para ayudarles determinar cuán sano es su matrimonio. Después de leer cada indicador, escriban el número que mejor indica el índice de su matrimonio en este momento. Sean completamente honestos.

1. Hay un sentido de tensión en su relación matrimonial. Todos los matrimonios tienen momentos de tensión, pero tensión constante sugiere problemas no resueltos. La condición normal de un matrimonio sano es paz, no tensión.

Tensión:
Ocasional 2——–4——–6——-8 Constante

2. Una disminución de risa y felicidad en general. El gozo también es una condición normal de un matrimonio sano, pero algunas parejas no pueden recordar la última vez que los dos estuvieron gozosos en su matrimonio. En vez de darles energía, su matrimonio les agota. ¿Qué tal su matrimonio? ¿Se ríen juntos? ¿Hay algo en su relación que les trae gozo? ¿Cuándo es la última vez que el sólo pensar en su pareja, le trajo una sonrisa a su cara?

Gozo:
Normalmente 2——–4——–6——-8 Rara vez

3. Se distraen fácilmente y les cuesta dar la atención completa el uno al otro. Distracciones ocurren a todos de vez en cuando. Si tienen hijos, tendrán distracciones. Parejas sabias aprenden a enfocar en su relación, planeando tiempo especial para los dos solos. Parejas en peligro creen la mentira de que no hay tiempo para los dos. ¿Pueden identificar con este comentario de uno de nuestros seminaristas?

No recuerdo la última vez que tuvimos una plática de corazón a corazón. Actuamos como si todo es más importante que un tiempo especial para nosotros. Nuestras vidas consisten en demandas urgentes, siempre clamando por nuestra atención.

Distraídos:
Casi nunca 2——–4——–6——-8 Normalmente

4. La televisión o la computadora toman el lugar de la comunicación. La televisión puede entretener, educar y aclarar. ¿Pero usan la tele para evitar estar juntos? ¿La tele o el Internet dictan su horario? ¿Tienen la fuerza de voluntad para apagarlas y hacer algo que ayudaría más a su matrimonio?

TV y Computadora:
Balance bueno 2——–4——–6——-8 Demasiado

5. Como pareja, no se están comunicando eficazmente. Cada pareja desarrolla sus propios patrones de comunicación, pero a veces estos patrones no son sanos. Si han puesto el uno al otro en reclusión, ya no toman tiempo para hablar de sus intereses, están en peligro.

Comunicación:
Hablamos 2——–4——–6——-8 Nos evitamos

6. Intimidad sexual ha llegado a ser más una molestia, menos una bendición. La satisfacción sexual es uno de los regalos más maravillosos de Dios para las parejas casadas. Una relación sexual sana refuerza la intimidad, quita la tensión, ¡y es divertido! ¿Los dos se sienten satisfechos sexualmente en su matrimonio?

Satisfacción sexual:
Satisfechos 2——–4——–6——-8 Frustrados

7. Cositas pequeñas les hace enojar. Fácilmente se irritan. La irritabilidad se desarrolla cuando descuidamos la intimidad. Encontramos que el tono de nuestras voces se pone más afilada. Nos ofendemos fácilmente. Evitamos el uno al otro.

El enojo y la irritabilidad:
Casi nunca 2——–4——–6——-8 Crónico 3

8. Usted y su cónyuge tienen agendas separadas, y ninguna actividad en común. Una pareja que conocemos parecen increíbles a sus amigos casuales. Tienen una casa bonita, son prósperos, activos en su iglesia y muy involucrados en sus carreras. Pero si uno echara un vistazo a sus agendas, notaría que no tienen nada de tiempo para una relación el uno con el otro. De hecho, han desarrollado vidas separadas. Esto no ocurre de un momento al otro. Ocurre cuando ya no pensamos como pareja y solo pensamos en nuestras vidas individuales, nuestras propias carreras y actividades.

Unidad:
Sana 2——–4——–6——-8 Poco o nada

Ahora es tiempo de sumar su puntuación. Si su puntuación es:

20 o menos – Tiene un matrimonio maravilloso y están mutuamente satisfechos y llenos.

24 o más – Tiene un matrimonio bueno, pero sería maravilloso con un poco más de atención extra.

40 o más – Están experimentando estrés significativo en su matrimonio, y muy poca satisfacción.

50 o más – Es probable que están tristes en su matrimonio. Puntuación tan alto normalmente indica un matrimonio severamente descuidado.

¿Pueden las parejas tener una puntuación alta y quedarse juntos? Si, porque el divorcio es solo una de las maneras en la cual parejas tratan con un matrimonio que van en declina. Algunos siguen casados legalmente, pero dejan que su relación muera. Todo parece bien, pero hay dolor en sus ojos y en sus voces, especialmente en momentos de despiste.

Piensen, actúen, oren

1. ¿Cuál señal de alarma en su matrimonio sería la más fácil de mejorar?

2. ¿Cuál señal de alarma sería la más difícil de mejorar? ¿Por qué?

3. ¿Qué pueden hacer los dos, comenzando hoy, para traer sanidad a su matrimonio?

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Ahora que han completado esta evaluación, ¿por qué no van a Entendiendo la Intimidad, la próxima lección en esta serie? Van a ver que aunque la intimidad no es fácil, vale la pena desarrollarla.