Les haremos saber a nuestros hijos que los amamos, sin importar lo que hagan.
Nuestros hijos aprenderán que el amor no se gana, el amor se da libremente.
Seremos honestos en cuanto a nuestros errores, recordando pedir a nuestros hijos que nos perdonen cuando les fallamos o los mal-interpretemos.
Nuestros hijos aprenderán el valor de la honestidad personal, en vez de la hipocresía.
Cada día, le dedicaremos a cada hijo un tiempo de atención individual.
Nuestros hijos aprenderán que ellos son importantes para nosotros, no una molestia que soportamos.
Ayudaremos a nuestros hijos a desarrollar una genuina fe personal en Dios.
Nuestros hijos aprenderán, a través de nuestro ejemplo, el valor de una fe genuina.
Los amaremos a nuestros hijos correctamente y los corregiremos amorosamente.
Nuestros hijos aprenderán que la disciplina es una expresión del amor.
Les enseñaremos a nuestros hijos a relacionarse apropiadamente con la autoridad.
Nuestros hijos aprenderán que el respeto por la autoridad, es la clave para una vida exitosa.
Animaremos a nuestros hijos a desarrollar su propia independencia.
Nuestros hijos desarrollarán una sólida conciencia.
Nuestros hijos aprenderán a resistir y superar las presiones negativas que los rodean.