Conquistando el Monstruo Llamado Deuda
Si ya se encuentra en la esclavitud financiera, necesitará tomar pasos decisivos hacia la libertad. Imagínese en un hoyo profundo. Aquí hay una escalera que le dejará salir.
Paso Uno: Reconozca por qué está en esclavitud financiera.
No debe echar la culpa a la economía. Tiene que reconocer que la razón verdadera por sus problemas financieras es sus decisiones malas. Los tiempos puede que sean difíciles, pero mucha gente sobrevive tiempos difíciles financieros porque siguen el principio correcto y hacen determinaciones sabias.
Paso dos: No tome más dinero prestado de ninguna persona ni de ninguna compañía.
Esto es un paso de verdadera fe mostrada por acción. “Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?” (Santiago 2:14) No cualquier acción tiene que acompañar la fe, sino acciones correctas. Si decide rotundamente que no va a tomar prestado ni va a comprar nada con crédito, Dios honrará su fe y proveerá maneras honorables de suplir sus necesidades.
Paso tres: Destruya todas sus tarjetas de crédito o déselas a un amigo de confianza para que las guarde.
Cuando la presión financiera incrementa, es fácil usar una tarjeta de crédito para compras impulsivas. Oímos de una pareja que puso sus tarjetas de crédito en un plato de agua, ¡y metieron el plato en el congelador! ¡Lo que hicieron fue congelar su propio crédito! No podían usar las tarjetas hasta descongelarlas. Eso les dio tiempo para pensar antes de hacer una compra. Es una solución fría y dura, pero puede funcionar para usted.
Parejas que han desarrollado buena disciplina financiera pueden usar sus tarjetas de crédito sin riesgo, si pagan el balance cada mes sin falta. Una tarjeta de crédito es como una sierra mecánica: una herramienta útil en manos de una mano capacitada, pero un arma peligroso en manos de una persona poco disciplinada.
Paso cuatro: Haga arreglos para pagar algo a cada acreedor.
Haga contacto con cualquier compañía o banco a quien debe y pídales que sean pacientes con usted y pídales que acepten pagos en menor medida. “Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel”. (Mateo 5:25)
Paso cinco: Haga contacto con todos los amigos o miembros de su familia de los cuales ha tomado prestado.
Si se ha aprovechado de la generosidad de sus amigos o familia, debe pedir perdón y hacer restitución. Si no les puede pagar en el momento, pídanles una prórroga, y haga planes para pagarles lo más pronto posible. Si es necesario, pida a su pastor o líder que sea mediador de un acuerdo. Por hacer esto usted también establece su nueva responsabilidad financiera.
Paso seis: Busque a alguien que pueda supervisar su viaje a la libertad financiera.
Esto le ayudará. A veces necesitamos alguien de afuera para ayudarnos en el camino, especialmente si tenemos una historia de salir a gastar a lo loco.
Otro pensamiento acerca de la supervisión; usted puede engañar a todos menos a Dios. Claro, podría pedir que alguien le ayude en su camino, pero sin un sentido de la supervisión de Dios, podría seguir practicando deshonestidad personal la cual le hizo llegar a su crisis presente.
Paso siete: Evite la tentación de buscar una respuesta fácil y rápida.
Normalmente, Dios nos libra de nuestra cautividad financiera gradualmente. Por supuesto Dios podría suplir todo el dinero en un momento para sacarlo de la deuda, pero normalmente no lo hace así. Es porque milagros monetarios no desarrollan carácter, pero progreso paciente y fiel, si lo hace. El verdadero oro viene del desarrollo del carácter interior, porque cuando somos ricos por dentro, ¡somos ricos en verdad!
En los Estados Unidos, tenemos loterías, al igual como loterías de cuatro dígitos en algunos países asiáticos. Recientemente oí que mucha gente que gana la lotería finalmente lo pierde todo. Ganan mucho dinero, pero no tienen el carácter ni el autocontrol para usarlo sabiamente. Dios quiere más que librarle de su deuda. Él desea formar su carácter y enseñarle autocontrol financiero para que no repita los mismos errores. “Las riquezas de vanidad disminuirán; Pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta”. (Proverbios 13:11)
Recuerde esto: Dios quiere que usted esté libre de la servidumbre financiera, pero no le puede liberar si no sigue en su camino. Pero si lo hace, Dios lo bendecirá en todo lo que hace. Si no lo hace, el hoyo solo se profundizará. ¡Aproveche el momento! Rompa el patrón destructivo en la cual se ha caído. Resista toda voz que le diga que es demasiado tarde. Crea en Dios, y compruébalo por las decisiones financieras que hace de hoy en adelante. Le encantará los resultados.